Leyenda de Cartagena que narra la existencia de un demonio al que se le rendía culto en el cerro de la Popa. Tras su aparición, los indios adoraban al cabro Urí. Se cuenta que, en Bogotá, la Virgen le ordenó a fray Alonso de la Cruz Paredes construir una iglesia en el cerro de la Popa. A su llegada, le arrebató el cabro Urí a los indios que lo adoraban y lo arrojó cuesta abajo. Desde entonces el sitio se conoce como el salto del Cabrón. Se cree que la construcción del templo y convento de la Popa demoró mucho más de lo previsto por los continuos saboteos de Buziriaco en forma de truenos, rayos, lluvias y vendavales. En tiempos coloniales, durante la celebración de la Virgen de la Candelaria, patrona de Cartagena, se escuchó y se bailó en el mismo sitio por primera vez la cumbia.