Poema de Guillermo Valencia publicado en el libro Ritos (1899). Seleccionado por unanimidad en una encuesta de la Academia Colombiana de la Lengua, en 1959, como el poema colombiano de superior belleza. El compositor Guillermo Uribe Holguín musicalizó el poema en una importante obra que lleva el mismo sombre. Igualmente, la productora antioqueña Cofilma llevó el poema a la pantalla grande, bajo la dirección del chileno Roberto Saa Silva y fotografía de Federico Katz.
Es un poema de largo aliento, compuesto por diez estrofas.
“Anarkos pretende sintetizar el gran problema social del siglo: la miserable condición de los obreros, mineros, artistas; el derroche y la sensibilidad de los potentados y su inevitable enfrentamiento clasista […] El poema es un homenaje a la encíclica Rerum novarum (1891) […] El poema no deja de tener ecos de naturalismo a lo Zolá, pero es sorprendente que no haya en él ninguna mención a la realidad de su país o de su continente”.
Eduardo Camacho Guizado
Del poemario de DiCCOL
Campo de caza Alberto Montoya Ángel |
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A la sombra del bosque de tu oscura melena me acechaban tus ojos como lagos siniestros. El fuego de tus labios orientó mi camino porque perdí la ruta cándida de tus brazos. Mi ruego era un anuncio de huellas bajo el alba. Vislumbré enardecido las cumbres de tus senos, y al sentir el efluvio de tus vírgenes frondas azucé mis lebreles por tus flancos desnudos. A su raudo galope de besos, se ofrecían en una primavera de incógnitos asombros, los núbiles senderos florecidos de nardos y las cálidas grutas de capitosos musgos. Iniciaron colinas y ganaron florestas. Y al final, ya enervados por las rutas ansiosas, alígeros cayeron sobre el valle de nieve donde temblaba inquieta la gacela escondida. |
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