Carta escrita por Simón Bolívar el 6 de septiembre de 1815, en la que medita sobre la importancia de una confederación de Estados hispanoamericanos, y que se ha considerado una de las máximas manifestaciones del genio político del Libertador. En su encabezado se lee: “Contestación de Un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla” y cuyas últimas líneas, en un texto de aproximadamente treinta páginas, dicen: “Seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración. Sin embargo, nuestra división no es extraña, porque tal es el distintivo de las guerras civiles formadas generalmente entre dos partidos: conservadores y reformadores. Los primeros son, por lo común, más numerosos, porque el imperio de la costumbre produce el efecto de la obediencia a las potestades establecidas; los últimos son siempre menos numerosos aunque más vehementes e ilustrados. De esta forma la masa física se equilibra con la fuerza moral y la contienda se prolonga siendo sus resultados muy inciertos. Por fortuna, entre nosotros, la masa ha seguido a la inteligencia. Yo diré a usted lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de fundar un gobierno libre: es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos. La América está encontrada entre sí, porque se halla abandonada de todas las naciones; aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticas ni auxiliares militares, y combatida por la España que posee más elementos para la guerra que cuantos nosotros furtivamente podemos adquirir. Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones les agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América meridional. Entonces las ciencias y las artes que nacieron en el oriente y han ilustrado la Europa volarán a Colombia libre, que las convidará con un asilo. Tales son, señor, las observaciones y pensamientos que tengo el honor de someter a usted para que los rectifique o deseche, según su mérito, suplicándole se persuada que me he atrevido a exponerlos, más por no ser descortés, que porque me crea capaz de ilustrar a usted en la materia. Soy de usted, etc., Bolívar”. Ver Bolívar y Palacios, Simón.